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Si los Países Bajos cumplen con todos los acuerdos climáticos hasta 2030, esto generará una enorme bonificación en las ganancias de nitrógeno, lo que significa que la agricultura tendrá que reducir las emisiones entre un cuarto y la mitad. Según NRC, esto se desprende de los cálculos del Ministerio de Finanzas que aún no se han publicado. El sector del transporte puede echar una mano en esto.

El potencial de reducción de CO2 en el sector del transporte y la logística es muy importante cuando se analiza una mejor utilización, la cooperación en la cadena y la reducción de la conducción en vacío. Agregue a eso: eficiencia de combustible a través del uso de la última generación de motores de combustible e híbridos enchufables en combinación con biocombustibles, vehículos pesados ​​largos de 25,25 metros y las combinaciones súper ecológicas de 32 metros y el potencial es grande.

Tanto más importante cuanto que una reducción de combustible del 1 por ciento de toda la flota de transporte holandesa equivale a 1.400 vehículos eléctricos. Toda la atención parece estar centrada en esos camiones eléctricos, pero la realidad es que ahora solo llegaremos a 2022 unidades para fines de mayo de 270.

Llega al período 2025-2030 para crecer a más de 10.000 camiones eléctricos. Y eso va contra la corriente a través de una combinación de la disponibilidad de equipos adecuados de los fabricantes de camiones y la capacidad de cargar tantos vehículos en primer lugar.

Mientras tanto, el sector del transporte tendrá que hacer una contribución visible para reducir las emisiones de CO2 en los próximos 10 años y contribuir a las metas para 2030, y eso también es posible.

Este cuchillo corta en ambos sentidos, las emisiones más bajas son buenas para el clima, también reducen los costos y ayudan a lograr el objetivo climático. Y eso también beneficia al sector agrícola a través de la reducción de nitrógeno.

Sin embargo, esto requiere que se rompan los enfoques de silos y que el gobierno y la industria se busquen mutuamente con una agenda abierta. Con ojo para el dilema del interés común y los riesgos individuales. Esto requiere una perspectiva más amplia sobre los problemas de la naturaleza y el clima y la voluntad de trabajar con una mente abierta hacia soluciones que realmente logren los objetivos subyacentes. Los cálculos del Ministerio de Hacienda sobre la relación entre el objetivo climático y la reducción de nitrógeno son un buen comienzo en este sentido.

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