Prijsvrij Vakanties ve que los holandeses han optado con mucha más frecuencia por un hotel boutique este verano, es decir, un hotel de pequeña escala con menos de 100 habitaciones. Después de un período de vacaciones nulas o limitadas, finalmente pudimos volver a salir este verano, en gran parte, sin restricciones. Y los Países Bajos ciertamente lo hicieron. Pero de una manera ligeramente diferente, según los datos de reserva de la organización de viajes. “No es sorprendente después de un período feroz en el que velar por la salud pública resultó ser más importante que nunca”, explica Joep Kelder, director de marketing y ventas en línea de Prijsvrij Vakanties.

El número de turistas que se alojaron en un hotel boutique este verano se ha más que duplicado en comparación con 2019, el año anterior al estallido de la crisis del coronavirus. En concreto, la demanda de alojamientos de pequeña escala aumentó nada menos que un 113%. La razón de esto es simple, según Joep Kelder: “Los viajeros eligen un hotel de pequeña escala para evitar la multitud. El ambiente es íntimo y el personal presta especial atención a la higiene y el servicio. Como resultado de la COVID-19, eso es lo que hace que muchas personas se sientan seguras durante las vacaciones”.