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Imagen de pitano

Se insta al gobierno y a los municipios locales a tomar medidas.

Una tendencia preocupante está surgiendo en la cultura de la vida nocturna actual: los jóvenes "beben" en casa antes de salir por la noche. Esta práctica no sólo plantea riesgos para la salud sino que también supone un peligro para la carretera. Esto genera situaciones preocupantes, especialmente en ciudades donde la bicicleta es un medio de transporte popular.

Beber en casa no es realmente nuevo y es un fenómeno muy extendido entre los jóvenes que forma parte de la cultura juvenil. Los recientes acontecimientos económicos han tenido un impacto directo en el aumento, especialmente en el precio de la cerveza en los pubs. Estos aumentos de precios también influyen en el comportamiento de salida de la gente. Un análisis de los aumentos de precios en diferentes ciudades muestra que, en algunos casos, el precio de un vaso de cerveza estándar ha aumentado entre un 10% y un 15% en comparación con el año pasado.

onderzoek

Un estudio reciente de la Universidad de Ámsterdam ha demostrado que más del 60% de los jóvenes de entre 16 y 24 años consumen alcohol habitualmente en casa antes de salir. Las razones van desde el ahorro económico (las bebidas en discotecas y bares suelen ser caras) hasta la presión social. Sin embargo, lo que comienza como una preparación inocente para una noche de fiesta puede convertirse rápidamente en un comportamiento peligroso.

Los efectos del alcohol son claros y científicamente probados: coordinación reducida, tiempo de reacción más lento y juicio distorsionado. Estos son factores que pueden poner en peligro la vida tan pronto como los jóvenes se suben a la bicicleta. La policía informa de un aumento en el número de accidentes por conductores en estado de ebriedad, especialmente al final de la tarde y temprano en la mañana.

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El mensaje es claro: embeber a los "inocentes" en casa puede tener graves consecuencias.

El problema se ve agravado por el hecho de que muchos jóvenes subestiman los peligros del alcohol. “A menudo piensan que unas cuantas copas no les harán ningún daño, pero la realidad es otra”, afirma Joris van Hoof, investigador de la Universidad de Twente. "Ya vemos un aumento significativo en las conductas de riesgo con niveles bajos de alcohol en sangre".

Esta tendencia ha llevado a llamados a una aplicación y educación más estrictas. Algunas ciudades ya han tomado iniciativas, como organizar campañas de sensibilización y aumentar la presencia policial en las zonas de ocio. También se pide más información en las escuelas y en la comunidad sobre los peligros del consumo de alcohol, especialmente en combinación con la bicicleta.

El mensaje es claro: embeber a los "inocentes" en casa puede tener graves consecuencias. Es fundamental que los jóvenes tomen conciencia de los riesgos, no sólo para su propia salud, sino también para su seguridad en la carretera.

Primeros auxilios

Los ciclistas ebrios constituyen el grupo más grande de pacientes después de los accidentes relacionados con el alcohol. Datos recientes muestran que el 60% de los accidentes relacionados con el alcohol involucran a ciclistas que se han caído.

Los médicos y enfermeras de los departamentos de urgencias ven periódicamente las consecuencias de este tipo de conductas de riesgo. "Las lesiones van desde abrasiones menores hasta traumatismos craneoencefálicos graves", dijo un médico jefe de un hospital metropolitano. "Es impactante ver cuántas personas se ponen en peligro a sí mismas y a los demás al andar en bicicleta en estado de ebriedad".

El impacto de estos accidentes se extiende más allá del daño físico. Además de las consecuencias directas para la salud, también existen implicaciones sociales y económicas. La presión sobre la asistencia sanitaria, los costes del tratamiento médico y las consecuencias más amplias para la seguridad vial son importantes.

Estas cifras llevan a llamados a una aplicación más estricta y más campañas de concientización. Las organizaciones de seguridad vial, como Veilig Verkeer Nederland, hacen hincapié en la necesidad de educar sobre los peligros del alcohol en el tráfico, centrándose específicamente en los ciclistas.

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Foto de : Pitane Blue - ambulancia en el camino por el carril bici

Los médicos y enfermeras de los departamentos de urgencias ven periódicamente las consecuencias de este tipo de conductas de riesgo.

La combinación de alcohol y ciclismo a menudo da lugar a historias que son a la vez humorísticas y preocupantes. En la cultura ciclista holandesa, donde la bicicleta es un medio de transporte indispensable, este tipo de aventuras no son difíciles de encontrar. Una encuesta realizada en varias ciudades lo confirma: casi todo el mundo tiene alguna anécdota personal o conoce a alguien que haya vivido una aventura así.

anécdotas

Las historias varían desde situaciones cómicas hasta situaciones a veces peligrosas. Tomemos, por ejemplo, el clásico sobre el bache invisible en la carretera. “Pensé que podía zigzaguear entre los baches, pero antes de darme cuenta estaba en medio de ellos”, dice un estudiante de Utrecht, riéndose de su aventura nocturna en bicicleta después de una fiesta.

O la historia del árbol "en movimiento". Una joven de Rotterdam recuerda: “Juro por Dios que ese árbol surgió de la nada. Intenté evitarlo, pero ya era demasiado tarde”. Afortunadamente, esta aventura terminó con algunos rasguños y una abolladura en su ego.

Estas anécdotas, aunque a menudo contadas con una sonrisa, ponen de relieve un problema grave. El consumo de alcohol afecta el juicio y las habilidades motoras, lo que aumenta los riesgos en el tráfico. La policía y Safe Traffic Holanda advierten periódicamente sobre los peligros de conducir bajo los efectos del alcohol, incluido el ciclismo.

Estas advertencias no carecen de razón. Los datos hospitalarios muestran que un número importante de accidentes ciclistas durante la noche están relacionados con el consumo de alcohol. "Es un problema que debemos tomar en serio", afirma un portavoz de la policía de tráfico. "Un accidente es inevitable, especialmente si has estado bebiendo".

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Investigaciones recientes muestran que muchos menores pueden comprar alcohol sin mucha dificultad.

A pesar de las estrictas normas y las campañas de sensibilización, sigue siendo sorprendentemente fácil para los menores de los Países Bajos obtener alcohol. Esto indica una brecha entre la legislación y la realidad en el comercio y los establecimientos de restauración.

tiendas nocturnas

Según la ley holandesa, los vendedores están obligados a solicitar una prueba de identificación si tienen dudas sobre la edad del comprador. Puede ser un documento de identidad, una licencia de conducir u otro documento oficial. La ley es clara: la venta de alcohol a menores está prohibida y el vendedor siempre es responsable si se infringe esta norma.

A pesar de estas reglas claras, investigaciones recientes muestran que muchos menores pueden comprar alcohol sin mucha dificultad. En algunos casos, ni siquiera se le solicita una prueba de identidad. Esta situación es preocupante no sólo por los riesgos directos para la salud de los jóvenes, sino también por las consecuencias sociales más amplias.

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