El fin de semana pasado, dos vuelos especiales de KLM partieron de Schiphol. Se han aplicado tantas iniciativas de sostenibilidad como sea posible al KL0675 a Edmonton y al KL1713 a Oporto. Estos vuelos programados regulares son parte de The Sustainable Flight Challenge, que fue ideado por los empleados de KLM y está organizado por la alianza SkyTeam. Participan dieciséis aerolíneas. El objetivo es aprender de las experiencias de los demás en el campo de la sostenibilidad y así acelerar el proceso de hacer que la aviación sea más sostenible.
Las principales formas en que se pueden lograr reducciones en las emisiones de CO2 en la actualidad son mediante la renovación de la flota y el uso de combustible de aviación sostenible (SAF). Los vuelos de KLM y KLM Cityhopper a Edmonton y Oporto se operaron con los Boeing 787-10 y Embraer 190, que se encuentran entre los aviones más económicos de la flota, y con un 39% de SAF en los tanques de combustible. Además, se lograron nuevos ahorros de peso a bordo, incluso al permitir que los pasajeros de World Business Class ordenaran sus comidas por adelantado y al predecir las necesidades de agua con un modelo de IA, de modo que se llevara exactamente la cantidad suficiente. Por supuesto, KLM informó a los pasajeros que estaban en un vuelo especial y se les dio información sobre lo que podían hacer para volar de manera más sostenible, por ejemplo, participando en el programa de compensación CO2ZERO y/o haciendo una contribución SAF.
En la cabina, se trazó la ruta de vuelo ideal en colaboración con el control de tráfico aéreo, sin los desvíos a los que normalmente se enfrentan los vuelos. Cuando está cargado, el centro de gravedad se ha optimizado, lo que ayuda a la aerodinámica y ahorra potencialmente entre un 1,5 y un 2 % de combustible. La carga en la bodega estaba en paletas más ligeras y cubierta con redes más ligeras. También se pidió a las principales empresas de transporte, por ejemplo, que condujeran eléctricamente o con biodiésel. En total, se aplicaron alrededor de 50 iniciativas existentes y nuevas a los dos vuelos, en los que participan todas las divisiones de KLM y socios como el aeropuerto de Edmonton, Schiphol, LVNL y General Electric. Se examina el impacto de las nuevas iniciativas y si se pueden implementar en el corto plazo.
La idea de The Sustainable Flight Challenge surge de un grupo de entusiastas empleados de KLM. Se inspiraron en la histórica carrera Londres-Melbourne de 1934, cuyo objetivo era abrir el mundo y conectar a las personas. Los desafíos a los que se enfrenta la aviación hoy en día ya no consisten en salvar distancias, sino en hacerla más sostenible. De ahí el reto concreto de llevar a cabo un vuelo regular comercial regular de la forma más sostenible posible bajo la forma de The Sustainable Flight Challenge.
“En 2019, KLM se acercó al sector con Fly Responsibility, en el que llamamos a colaborar y compartir las mejores prácticas para hacer que volar sea más sostenible. Ahora es el momento de dar el siguiente paso y un desafío concreto: ¿qué aerolínea puede operar un vuelo largo y uno más corto de la manera más sostenible posible? Lo mejor de The Sustainable Flight Challenge es, en primer lugar, el entusiasmo dentro de todas las partes de KLM para generar ideas para hacer esto lo mejor posible. Pero también encuentro muy positivo el hecho de que las aerolíneas participantes compartan las lecciones aprendidas entre sí y que tanto nuestros clientes y socios como los fabricantes de motores y los productores de SAF estén involucrados. Esta colaboración hace que la sostenibilidad sea posible y factible”.
El desempeño de las aerolíneas participantes es evaluado por un auditor externo. Un jurado de seis miembros, encabezado por el ex primer ministro Jan Peter Balkenende, determina qué aerolínea ha tenido el mejor desempeño en varias categorías (impacto, innovación, escalabilidad y colaboración). Los resultados se darán a conocer a finales de junio. El conocimiento resultante de The Sustainable Flight Challenge se comparte entre los socios participantes de SkyTeam, según KLM.
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