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A pesar de una legislación más estricta y de mayores esfuerzos por parte de organismos encargados de hacer cumplir la ley, como la Policía Militar, la Policía Nacional y la Inspección de Medio Ambiente Humano y Transporte (ILT), el problema que rodea a los reclutadores de taxis en Schiphol sigue siendo un problema persistente.

Los taxistas con permiso oficial, que hacen cola ordenada en las paradas de taxis designadas, se topan con la competencia de los llamados conductores libres. Estos reclutadores, que operan en los alrededores de Schiphol Plaza, intentan atraer la atención de los viajeros desprevenidos con fuertes gritos de “taxi, taxi, taxi” y así atraerlos a sus vehículos.

Estas prácticas de "pandillas", aunque se han reducido desde que se ha endurecido la legislación, muestran que la batalla contra la prestación de servicios de taxi por parte de taxistas sin licencia en Schiphol está lejos de terminar. Los ejecutores se enfrentan a una tarea compleja. Según la normativa vigente, cualquier persona con licencia de taxi puede ofrecer sus servicios en la plaza frente al aeropuerto. La restricción de que los taxis sin permiso de Schiphol no puedan estar en la parada oficial no parece muy eficaz en la práctica. Ofrecer viajes en voz alta sigue siendo un método eficaz para que los reclutadores adquieran clientes, a pesar de la posible confusión e inconvenientes que causa a los pasajeros.

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parada de taxis Schiphol
Foto: © Pitane Blue - Parada de taxis de Schiphol

La situación en Schiphol, donde los reclutadores de taxis intentan reclutar pasajeros fuera de las paradas oficiales, sigue siendo motivo de irritación para los titulares de permisos.

Los esfuerzos del ILT, que no sólo se limitan a Schiphol sino que también se extienden a las inspecciones fuera del aeropuerto, se centran en el cumplimiento de los tiempos de conducción y descanso. Sin embargo, estas medidas no son suficientes para eliminar por completo los problemas con los reclutadores de taxis. Parece que mientras los turistas y viajeros crean que pueden obtener un precio más barato de los proveedores no oficiales, el atractivo de estos servicios permanecerá.

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Está claro que se necesita un enfoque estratificado para abordar eficazmente el problema de los taxis en Schiphol. Esto no debería consistir sólo en una aplicación y controles más estrictos, sino también en informar a los viajeros sobre los riesgos y desventajas de aceptar ofertas de los reclutadores de taxis. Además, podría reforzarse aún más la cooperación entre el aeropuerto de Schiphol, el municipio y los distintos organismos encargados de hacer cumplir la ley para desarrollar una estrategia uniforme contra estas prácticas.

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