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Como minorista, la empresa asume la responsabilidad de gestionar de forma inteligente y sostenible la movilidad de mercancías.

El Grupo Colruyt, una respetada empresa familiar belga con raíces que se remontan a tres generaciones, está dando pasos importantes en el mundo de la movilidad sostenible. Con más de 33.000 empleados repartidos en tres países, el grupo sigue manteniendo los valores fundamentales de una empresa familiar: pasión, experiencia, sencillez y eficiencia.

El hidrógeno es una sustancia gaseosa ligera, incolora e inodoro. Cuando el hidrógeno se combina con oxígeno en una pila de combustible, produce electricidad, con agua y calor como únicos subproductos. Se considera un combustible limpio, especialmente cuando se produce a partir de fuentes renovables.

El compromiso de Colruyt con un futuro más verde es impresionante: de aquí a 2035, el grupo pretende que todo su transporte de mercancías sea cero emisiones. ¿Cómo? A través de una transición gradual hacia vehículos eléctricos de batería y de hidrógeno. Colruyt tiene más de una década de experiencia con el hidrógeno y va un paso más allá invirtiendo en fábricas de hidrógeno en los puertos del Mar del Norte.

La visión de Colruyt sobre el hidrógeno va más allá del simple transporte. Al invertir en fábricas de hidrógeno, Colruyt se posiciona como un actor importante en toda la cadena de valor del hidrógeno.

El hidrógeno ha recibido mucha atención en los últimos años como un combustible verde prometedor. Lo que lo hace “verde” es que se produce a partir de fuentes de energía renovables como la solar y la eólica, lo que minimiza las emisiones de gases de efecto invernadero durante la producción. Colruyt ve el inmenso potencial del hidrógeno verde como combustible limpio y renovable. 

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"Asumimos nuestra responsabilidad como minorista para abordar la movilidad de mercancías de una manera inteligente y sostenible. Evitamos kilómetros y optamos por medios de transporte alternativos siempre que sea posible. Y si tenemos que viajar por carretera, lo haremos como ecológicos. posible, el cambio total hacia un transporte sin emisiones".

Actualmente tiene Colruyt un camión de hidrógeno de 44 toneladas, pero este otoño se añadirán dos más. En 2017, el grupo empezó con quince carretillas elevadoras propulsadas por hidrógeno. Este número aumentó posteriormente a noventa, principalmente debido a su eficiencia: se pueden llenar en un minuto y medio, en comparación con una carga de batería de seis horas.

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Pero ¿qué hace que el hidrógeno sea tan atractivo para la movilidad? Los límites de la energía eléctrica son especialmente visibles en países como los Países Bajos. Las redes eléctricas están bajo presión debido a la electrificación masiva de los vehículos. Aquí es donde el hidrógeno entra en escena, con tiempos de repostaje más rápidos y autonomías más largas que los vehículos a batería. Colruyt ve un futuro en el que ambas tecnologías vayan de la mano, en función de las necesidades de autonomía y del tiempo de carga.

Colruyt ya ha invertido en infraestructuras de hidrógeno en el pasado, con el lanzamiento de la primera bomba pública de hidrógeno en 2018. Tradicionalmente conocido por sus actividades minoristas, el grupo lleva mucho tiempo involucrado en proyectos de energía renovable.

A pesar del aumento de los precios de los vehículos de hidrógeno para los particulares, ya existen iniciativas como el Consejo Belga del Hidrógeno (BHC) creado para promover y asesorar a la industria belga del hidrógeno en materia de políticas. Participan empresas líderes, incluidas ENGIE, John Cockerill y Fluxys.

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