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Ya en las primeras etapas de la trama, Daniel Abayev bromeó con su confidente hacker, Aleksandr Derebentc: "Sé que el Pentágono está siendo hackeado. Entonces, ¿no podemos hackear la industria del taxi?".

En una demanda que expuso los sistemas de seguridad en uno de los aeropuertos más transitados del mundo, dos taxistas de Nueva York fueron condenados por su papel en un sofisticado hackeo del sistema de llamada de taxis en el Aeropuerto Internacional John F. Kennedy. Daniel Abayev y Peter Leyman, ambos ciudadanos estadounidenses que viven en Nueva York, fueron condenados a penas de prisión de cuatro y dos años respectivamente, seguidas de tres años de libertad condicional.

La pareja se declaró culpable conspiración para cometer intrusión informática en octubre de 2023. Su empresa criminal, que se desarrolló entre septiembre de 2019 y septiembre de 2021, incluyó la colaboración con dos ciudadanos rusos, Aleksandr Derebenetc y Kirill Shipulin, que siguen prófugos. Estos piratas informáticos violaron el sistema de llamada de taxis de JFK y manipularon el orden en que los taxis eran enviados a las terminales, permitiendo a los conductores que les pagaban evitar la larga cola. Según las autoridades, cada día pasaban hasta 1.000 taxis, pagando cada vez 10 dólares para saltarse la cola.

Estas acciones no sólo alteraron el orden justo de los servicios, sino que también supusieron un golpe financiero a la Autoridad Portuaria de Nueva York y Nueva Jersey, que sufrió más de $3,4 millones en pérdidas como resultado del fraude. El método de los piratas informáticos implicó varias tácticas, incluido el uso de una conexión Wi-Fi, tabletas robadas conectadas al sistema de guardia y soborno a un empleado para que instalara malware en las computadoras conectadas al sistema.

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Durante el audiencia judicial En el Tribunal Federal de Manhattan, el juez Paul Crotty destacó la gravedad de los crímenes al condenar a Abayev, identificado como el cerebro de la operación, y a Leyman, quien cobró los pagos. El caso destaca las vulnerabilidades en los sistemas de infraestructura crítica y las consecuencias del cibercrimen. El plan de Abayev y Leyman provocó que un gran número de taxistas se saltaran la cola. Durante el plan, permitieron hasta 1.000 viajes en taxi acelerados de manera fraudulenta por día.

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Times Square, Manhattan
Foto: © Pitane Blue - Times Square, Manhattan

El tribunal de Manhattan, dirigido por el juez Paul Crotty, escuchó la defensa de Leyman, argumentando que sólo desempeñó un papel menor en el plan. Su abogado, Jacob Kaplan, destacó la desesperación financiera de Leyman y el impacto de servicios competidores como Uber y Lyft en sus ganancias. Sin embargo, el juez destacó la gravedad de los delitos y rechazó el pedido de arresto domiciliario.

La defensa de Leyman intentó sin éxito conmutar su sentencia por arresto domiciliario, alegando sus problemas de salud y financieros. Su abogado, Jacob Kaplan, describió a Leyman como “el miembro menos culpable y menos informado” de la conspiración, sumida en la desesperación financiera por la competencia de Uber y Lyft y las pérdidas durante la pandemia. Kaplan también criticó el sistema obsoleto e inseguro de la Autoridad Portuaria, aunque enfatizó que esto no implica victimismo.

Matthew Myers, el abogado de Abayev, describió a su cliente como un esposo y padre amoroso que, al cobrar una pequeña cantidad de dinero de taxistas amigables, difícilmente estaba "organizando". Sin embargo, la Autoridad Portuaria ha sufrido daños financieros importantes y enfatiza la necesidad de reforzar la seguridad y actualizar el sistema para evitar que se repita.

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