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Los pilotos de Bruselas Airlines dejarán de trabajar del 23 al 27 de marzo, una medida que surge de un conflicto de larga data con la dirección sobre los recortes salariales y la carga de trabajo.

Esta acción podría convertirse en huelgas mensuales si sus demandas siguen sin respuesta, advierte el sindicato ACV Puls. Esta amenaza subraya la determinación de los pilotos de que sus quejas se tomen en serio, en una industria que aún se está recuperando de las consecuencias de gran alcance de la crisis del coronavirus.

El meollo de la disputa está en las condiciones financieras y laborales que se ajustaron durante la pandemia. Los pilotos de Bruselas Airlines, orgulloso miembro del grupo Lufthansa, habrían sufrido una pérdida salarial media de 14.000 euros cada año, además de un aumento de la carga de trabajo con jornadas de hasta 12 horas. A pesar de un beneficio de 53 millones de euros en 2023 para el grupo Lufthansa, las concesiones hechas durante la crisis siguen siendo permanentes, lo que apunta a un problema más profundo dentro del sector.

La dirección de Bruselas Airlines ha presentado una propuesta para aumentar algunas primas en un intento de aliviar la situación, pero según la secretaria de ACV Puls, Jolinde Defieuw, esta oferta es insuficiente. "Hasta ahora han mostrado muy poca flexibilidad", señaló Defieuw a sus colegas del servicio de noticias VRT NWS, indicando un posible impasse entre las dos partes. Sin embargo, la dirección de la aerolínea destaca que el paquete propuesto representa una mejora significativa del poder adquisitivo y también aborda las quejas sobre la carga de trabajo en todos los ámbitos.

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Foto: Bruselas Airlines

Los sindicatos amenazan con hacer huelga más adelante si la dirección no muestra suficiente apoyo.

Esta huelga, que sigue a un paro laboral anterior en enero, pone de relieve el malestar actual dentro del personal de Bruselas Airlines, no sólo entre los pilotos sino también entre la tripulación de cabina. El impacto de las acciones se extiende más allá de los directamente involucrados; Afecta a todas las operaciones comerciales y a los viajeros, quienes pueden tener que buscar alternativas. Bruselas Airlines intenta minimizar las molestias a los pasajeros y destaca las consecuencias negativas de las huelgas para la compañía y todos los empleados.

En una industria donde los márgenes ya son ajustados, esta situación expone el frágil equilibrio entre el bienestar de los empleados y los retornos comerciales. A medida que la industria aérea se adapta a la era pospandémica, los desafíos de las relaciones laborales y la sostenibilidad financiera se vuelven cada vez más evidentes. Los próximos días serán cruciales para determinar la dirección de esta batalla en curso, con posibles consecuencias para la aviación europea y más allá.

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