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Tres autobuses, un mensaje: más atención al trabajo pesado.

El 14 de marzo, los residentes de las calles alrededor de VNO-NCW en La Haya serán testigos de una manifestación sorprendente. Más de cien conductores de empresas de transporte urbano como HTM, GVB y RET unen fuerzas en una promoción única. Con tres autobuses y un mensaje claro, llaman la atención: se debe prestar más atención a los desafíos del trabajo pesado. Esta acción, organizada por el sindicato FNV, marca un momento crucial en la lucha por un mejor trato a los empleados con profesiones físicamente exigentes.

Piet Rietman, tesorero de la FNV y responsable del expediente de jubilaciones anticipadas, subraya la urgencia de la situación. "Si los políticos y los empresarios no actúan, las cosas irán mal", advierte. La crítica es clara: es inaceptable que los empleados tengan que seguir haciendo un trabajo pesado hasta que literalmente ya no puedan hacerlo, enfermos y exhaustos. La acción del 14 de marzo es sólo un presagio; Sin cambios, estas “acciones amistosas” pueden convertirse rápidamente en formas más disruptivas.

El meollo del desacuerdo reside en la aplicación del régimen RVU, una medida temporal introducida tras el acuerdo de pensiones de 2019. Este régimen permite a los empleados dejar de trabajar hasta tres años antes, pero está en discusión. Las negociaciones entre la FNV y los empleadores para mejorar este plan y hacerlo permanente se han estancado, lo que hace incierto el futuro de la jubilación anticipada.

La FNV propone tres mejoras principales: hacer que el plan sea permanente, aumentar la cantidad exenta de multas para que sea más viable financieramente para los empleados y dejar la definición de "trabajo pesado" a los socios del convenio colectivo que tienen mejor conocimiento de las condiciones laborales. .

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(El texto continúa debajo de la foto)
NGC GVB Ámsterdam

Esta cuestión no es una cuestión aislada. El mismo día, los empleados de Scania actúan en Zwolle y hay señales de que este es el comienzo de una serie de acciones repartidas por todo el país. Eric Vermeulen, director de FNV Publiek Belang, destaca la gravedad de la situación: “Estaremos allí el jueves con más de 100 personas. Estamos enviando una señal clara y esperamos que los políticos y los empresarios la escuchen”. La amenaza es clara: si no se les presta atención, las acciones futuras podrían paralizar el transporte público en las principales ciudades.

Esta situación plantea interrogantes sobre la apreciación y el tratamiento del trabajo pesado en los Países Bajos. Si bien los empleados piden reconocimiento y ajuste, queda por ver cómo responderán los empleadores y los políticos. Las acciones del 14 de marzo no son sólo un llamado al cambio, sino también una prueba de la capacidad de nuestra sociedad para cuidar de quienes forman la base de nuestra movilidad diaria.

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